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Sìmbolo de la identidad
de este pueblo era, todavía en ese momento, el Cokney.
Es un verdadero
dialecto inglés, aunque tenga préstamos léxicos de yiddish, romaní y un acento
distintivo que presenta una glotalización de la litera T, una pérdida de fricativas
dentales y alteraciones de diptongo.
Esta jerga, que se dice
que es un remanente del primer discurso en inglés de Londres, actúa como un
elemento lingüístico de identificación grupal donde los londinenses orientales
encuentran su lenguaje emocionalmente primario, una verdadera lengua materna.
Los otros ingleses
lo encuentran muy divertido, un poco como les sucede a los italianos cuando
escuchan el colorido dialecto románico de ciertos comediantes, desde Ettore
Petrolini en adelante.
También en mi compañía
había varios de estos “East Londoners”.
Uno de ellos, que
solía trabajar en la venta de helados, era Bob, quien me había enseñado la
limpieza y el mantenimiento de la máquina, y la preparación de hielados de crema
y bebidas heladas.
No era muy alto (creo poco mas de mi metro y sessentacinco, con cabello claro, peinado con un pincel centrado en la línea, sus ojos eran verdes y muy móviles, sobre los rasgos de la cara, un poco irregular por dos incisivos superiores muy pronunciados. En su lóbulo izquierdo, naturalmente, llevaba un pequeño pendiente redondo de oro, que hacía tiempo que estaba de moda entre los chicos de Londres; la moda que estaba por llegar tambien en Italia. Su ropa era simple y bien arreglada. Sin embargo, prestaba especial atención a los zapatos y las camisetas, en los que, por lo general, sobresalían innumerables cadenas de oro, diferentes en apariencia y tamaño, como hacen nuestras mujeres cuando vesten los antiguos trajes típicos.
Bob era definitivamente
un chico bueno. Muy intranquilo, siempre andaba por las tiendas cercanas, desde
un saltador o un colega de tenderos. En su lugar de venta, que usualmente era
el más rentable, durante la temporada alta tuvo uno o más ayudantes a los que
descargaba, de manera casual y buena, la mayor parte de la carga de trabajo.
Cuando sucedia que estaba en distribución, en las horas topicas, a veces era
extraño.
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